sábado, 14 de junio de 2014

Nueve meses


Foto de Chris Geffroy



“Funny how you can live a whole life waiting and not know it.”
   The Dog Stars, Peter Heller


Esperamos a personas, esperamos un giro de los acontecimientos. Algunos tienen una paciencia infinita para la espera, otros no se conforman con especular sobre lo que puede haber al otro lado del muro y lo saltan.

Cuando llega el verano, mi cabeza viaja a veranos pasados, preferiblemente los más felices, y los visita de nuevo. Por una casual relación de ideas, estos días he recordado mi verano en Berlín de hace tres años, y a una persona que ya no existe y a quien ni siquiera conocí, pero cuya historia me impactó cuando visité la ciudad y vi la placa que lo inmortaliza como la última víctima del muro: Chris Geffroy. 

Tenía veinte años cuando le alcanzó la última bala que fue disparada desde el lado este para abortar cualquier plan de huida hacia la libertad. Fue el 6 de febrero de 1989. Nueve mesesexactamente 276 días después, el 9 de noviembre, caía el muro de la vergüenza. Apenas nueve meses, el mismo tiempo que, de haber sobrevivido, hubiera tardado en gestarse su nueva vida.

A estas alturas de mi biografía, todavía no sé si la paciencia es una virtud o una excusa para postergar los acontecimientos que no nos atrevemos a provocar. Sé que las ansias de vida y libertad jugaron una mala pasada a Chris, y que hace tres años, aquel día de verano en Berlín, sentí por él una tristeza infinita. Hoy la revivo de nuevo mientras me sigo haciendo la misma pregunta para la que Chris dio la acción por respuesta.




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