14 de Jean Echenoz
"Aceptamos lo que viene en
el momento que viene, no luchamos contra la guerra,
ni contra la vida ni la
muerte; fingimos que el único amo del mundo es el tiempo."
Largo domingo de noviazgo, Sébastien Japrisot
Jean Echenoz ha decidido
titular así su novela sobre la primera guerra mundial, conflicto de cuyo
comienzo se cumplirán cien años el mes de julio. Mejor 14 y no 1914 porque, tal
y como explicó ayer a sus lectores en el Institut Français de Barcelona, quería
transmitir la inmediatez de unos hechos sobre los que escribe un siglo
después para verlos con algo más de luz.
Antes de Echenoz, dos
compatriotas suyos, Sébastien Japrisot con Largo
domingo de noviazgo y Philippe Claudel con
Almas grises, se acercaron al conflicto desde el paisaje cotidiano de unos
personajes a los que la Historia zarandea y maltrata, envolviéndolo todo de una
bruma densa y gris, del eco de explosiones lejanas y de botas pesadas
hundiéndose en el barro.
Un siglo no ha bastado para comprender la Gran
Guerra, bautizada así porque, sin la perspectiva del tiempo, los
historiadores consideraron que el horror terminaría ahí (el conflicto se llevó diez millones de vidas). En apenas dos décadas,
llegaría el segundo, y de su fin se cumplirán en 2015 setenta años.
Me preguntaba anoche
escuchando a Echenoz qué quedará de este 14 nuestro para los habitantes del
próximo siglo. Como los de 1914, nosotros tampoco hemos tenido elección, y, aunque
nos toca escuchar ecos muy distintos, no hay manera de saber adónde dirigirse
con tanto ruido.