© George Hoyningen-Huene
Es difícil olvidar las cosas que pasan en verano. Si suceden en otra estación, y si no fueron trascendentes, siempre surge la duda de si era febrero o marzo ("primavera no era, eso seguro, porque no había llegado el buen tiempo"), o si todavía faltaba mucho para Navidad. Ojalá estén a punto de suceder las historias con las que fantaseábamos en invierno y que, sean estas duraderas o no, sirvan para ayudarnos a superar otro invierno más. Por si el próximo se hace largo.
Con las suelas al
viento. Viajeros, eruditos y aventureros, Martín Casariego (La Línea del
Horizonte)
Corazón de Ulises. Un
viaje griego, Javier Reverte (Debolsillo)
Sagapò (Te quiero),
Renzo Biasion (Acantilado)
Historias reales,
Sophie Calle (La Fábrica)
Te me moriste,
José Luis Peixoto (Minúscula)
Los senderos del mar.
Un viaje a pie, María Belmonte (Acantilado)
La isla de las mil
historias, Catherine Banner (Salamandra)
Los destinos
invisibles, Eshkol Nevo (Duomo)
Bajo el árbol de los
toraya, Phillipe Claudel (Salamandra)
Agua salada,
Charles Simmons (errata naturae)
Días y viajes,
Paul Bowles (Seix Barral)
Todos los caminos
están abiertos, Annemarie Schwarzenbach (Minúscula)